18 may 2013

Miguel Ángel y la Capilla Sixtina


"La verdadera obra de arte no es más que la perfección divina"
 
Michelangelo Buonarroti, 1475-1564

 
Miguel Ángel Nació el 6 de marzo de 1475, fue uno de los mayores creadores de toda la historia del arte y, junto con Leonardo da Vinci, la figura más destacada del renacimiento italiano. En su condición de arquitecto, escultor, pintor y poeta ejerció una enorme influencia tanto en sus contemporáneos como en todo el arte occidental posterior a su época.
Un florentino que mantuvo a lo largo de toda su vida unos profundos lazos con Florencia, su arte y su cultura.

Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, Miguel Ángel cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en cada una de estas facetas artísticas. Sus coetáneos veían en las realizaciones de Miguel Ángel una cualidad, denominada terribilità, a la que puede atribuirse la grandeza de su genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad emocional y el entusiasmo creativo que le confieren su grandeza y su personalidad inimitables.

La vida de Miguel Ángel transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que dejó sus obras maestras. Aprendió pintura en el taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín de los Médicis. Dio sus primeros pasos haciendo copias de frescos de Giotto o de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo.
Con 16 años de edad, ya había realizado al menos dos esculturas en relieve, el Combate de los lapitas, Los Centauros y la Virgen de la Escalera (ambas fechadas en 1489-1492, Casa Buonarroti, Florencia), con las que demostró que ya había alcanzado su personal estilo a tan temprana edad.

La Pietà, una de las obras de arte más conocidas, la terminó antes de cumplir los 25 años de edad, es además la única obra en la que aparece su firma. El punto culminante del estilo de juventud de Miguel Ángel viene marcado por la gigantesca (4,34 metros) escultura en mármol del David (Academia, Florencia), realizada entre 1501 y 1504, después de su regreso a Florencia.

Paralelamente a su trabajo como escultor, Miguel Ángel demuestra su pericia y habilidad como pintor en la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina en el Vaticano. En ella  plasmó algunas de las más exquisitas imágenes de toda la historia del arte.
El artista de la "terribilità", que definiría el último Cinquecento, fallecía en Roma el 18 de febrero de 1564 a la edad de 89 años.  Su cuerpo descansa en la iglesia de Santa Croce.

 

2 comentarios:

chicha dijo...

Hola Romek, me alegra saber de ti, me pasaré por tu nueva dirección y volveré a leerte...yo también estuve ausente bastante tiempo.
Un abrazo

Sara dijo...

Tienes un blog muy interesante, plagado de información de interesantes análisis. Buen trabajo y un saludo.