Tema mitológico
La Venus del espejo,1648 Óleo s/ lienzo,122x177cm. National gallery de Londres Reino Unido |
Este desnudo femenino,
gracioso y sensual, parece haberse convertido en uno de los más perfectos de la
pintura europea, por las formas fluidas del cuerpo suavemente tendido sobre la
tela gris, la magistral factura y su magnífico colorido.
Velázquez simboliza la
relación entre realidad, imagen y representación y reflexiona sobre las
posibilidades de la pintura, entre la realidad y la apariencia.
Algunos teóricos afirman que sería la belleza contra
el amor, como si Venus estuviera esclavizada a su belleza ya que se mira al espejo.
También se ha querido ver como una representación genérica de la belleza, ya
que el rostro de la diosa no se refleja en el espejo, sino simplemente es un
borrón .
Utiliza en general
unos tonos pardos, como era lo habitual en la pintura barroca, y en lugar de
mostrar fuertes contrastes de luz y sombra y elaborar con fidelidad minuciosa
la textura superficial de los objetos para crear una ilusión de realidad,
Velázquez llega aquí a pintar lo que el ojo realmente percibe.
Los colores se funden
unos con otros, los contornos no se destacan y los detalles son sugeridos pero
no descritos. El reflejo de la diosa no es real, pues el espejo no puede
recoger la cara de Venus desde esta posición.
Usa una composición de
dos líneas perpendiculares, la que forma horizontalmente el cuerpo de Venus y
la vertical del cuerpo de Cupido. También hay una serie de líneas curvas, como
la que forma el cortinaje o las sábanas, que dan movimiento a la escena.
El espejo es un
elemento con el que Velásquez juega continuamente en sus cuadros, para jugar
con el espectador y con el espacio.
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